"Toy Story", mucho más que simples juguetes (D!ego GranMachim)

 

"Toy Story" es sin duda una saga que crece contigo, tratando temas como el miedo al abandono o los cambios en tu vida. Mucho más que una simple saga de películas de animación. Es imaginación y amistad. Un viaje de solo ida a la niñez, para recuperar la esencia de esa edad tan mágica. 

La primera de la saga mostraba la historia de unos juguetes que cobran vida cuando sus dueños no están, conviven y se organizan entre ellos. El problema surge cuando llega un juguete nuevo que no es consciente de que es un juguete. Éste es un giro muy interesante, ya que supone una crisis de identidad al no entender su propia naturaleza y creer de verdad que él es el personaje que está representando. Impresiona ver a Buzz descubriendo que, lo que él veía como su propósito, en realidad era una mentira. Pero llama todavía más la atención el contraste entre alguien que se siente miserable por ser un juguete y alguien que le tenía envidia porque lo ve como el juguete más increíble. Es aquí donde surge la idea de que ese nuevo integrante, Buzz Lightyear, no sabe lo afortunado que es. Por lo tanto, Toy Story no va tanto sobre superar un sentimiento de envidia, sino sobre reconocer tu grandeza y alcanzar ese amor propio. 

-“Mira, en aquella casa hay un niño que piensa que eres el mejor, y no porque seas un guardián estelar, amigo, es porque eres un juguete” –Woody

-“Ser un juguete es mejor que ser un guardián del espacio” –Buzz Lightyear

  

Woody: “¡Buzz, estás volando!” Buzz Lightyear: “Esto no es volar, es caer con estilo”

Toy Story y el concepto del hogar. 

Si en la primera película teníamos a un Woody que admiraba el hecho de que Buzz fuera tan popular, en su secuela el vaquero descubre que él es toda una marca de gran prestigio y es testigo de su grandeza, más allá de ser el juguete favorito de Andy. 

Toy Story exprime de manera brillante el concepto del hogar, introduciéndonos a los juguetes abandonados, que alguna vez fueron queridos por un niño pero que han sido olvidados con el paso del tiempo. Nos habla del miedo al futuro, a la incertidumbre de lo que pasará cuando Andy crezca y deje de jugar con ellos. Miedo al cambio, al saber que aquello que tanto amamos no durará para siempre.

Es este temor lo que utiliza el Capataz para convencer a Woody de que los acompañe y se convierta en un juguete de exhibición en un museo, sin poder ser tocado y sin que un niño pueda jugar con él. Curiosamente, los roles aquí se intercambian y es a Buzz a quien le toca recordar a Woody que la vida no tiene sentido si no eres amado por un niño. Un día Andy ya no estará ahí para jugar con ellos, pero eso no importa. Lo que importa es estar ahí para vivir esos momentos. 

En alguna parte de tu relleno hay un juguete que me enseñó que solo se puede vivir si eres querido por un niño

No puedo evitar que Andy crezca, pero no me lo perderé por nada del mundo

La despedida

En Toy Story 3, el miedo que comenzaba a aparecer en la segunda parte se convierte en una realidad. Andy finalmente crece y decide dejar sus juguetes. Ese día que pensábamos que tardaría muchísimo en llegar ya está aquí y ahora nos toca ver qué hay al otro lado, ya que adaptarse a los cambios y crecer a veces no es tan fácil, y menos cuando eres alguien nostálgico. 

Los juguetes saben que llegará un día en el que su dueño Andy  se hará mayor y dejará de usarlos y ellos ven a Andy crecer, al igual que los padres ven a sus hijos, entendiendo que eventualmente harán una vida independiente por su cuenta. 

La madre de Andy expresa lo que el propio Woody siente y se da cuenta de que, al igual que Andy no va a llevar a su madre a la universidad con él, tampoco tiene sentido que Woody vaya. Así que se une a sus amigos, tomando la difícil decisión de cambiarse de caja.

Toy Story 3 está dirigida a los adultos y adolescentes que fueron niños cuando vieron Toy Story 1 y Toy Story 2, ya que más que una culminación de una historia, fue una preciosa despedida a lo que significó nuestra niñez. 

El adiós de Andy deja claro que el papel de los juguetes está hecho: le dieron a Andy una feliz infancia. 

"Hemos cumplido, Andy se ha hecho mayor" “Nuestra misión con Andy está completa Woody”

En Toy Story 3, duele ver a Andy despidiéndose de sus juguetes, pero hay algo reconfortante sobre ello, ya que muestra que puedes querer algo y, aun así, necesitar dejarlo ir. La manera en la que Andy da sus juguetes a Bonnie muestra que realmente quiere que tengan un buen hogar y se ha dado cuenta de que él ya no lo es.  

Los juguetes acaban entendiendo que ser un juguete y hacer feliz a un niño es el propósito de su vida. No pueden escapar de eso, y una vez lo han aceptado, el miedo de decir adiós ya no asusta tanto, porque todos los años que han pasado hasta la despedida han merecido la pena.  

Hay un amigo en mí hasta el infinito y más allá

“Estar al lado de un niño es lo más noble que puede hacer un juguete”

En Toy Story 4 vemos cómo los juguetes de siempre ahora viven con con Bonnie, su nueva dueña, quien está asustada por su primer día de colegio, ya que no conoce ese mundo. Woody se cuela en su mochila y la acompaña para asegurarse de que tiene un buen primer día. Si Bonnie es feliz, entonces Woody es feliz. 

La niña es demasiado tímida y decide crear a su propio amigo, Forky, quien cobra vida como cualquier otro juguete. Esto expone lo frágil que puede llegar a ser la categoría de "juguete". Puede ser cualquier cosa que haya sido creada y se le dé vida a través de la imaginación y el cariño de un niño. Así que Woody y el resto de sus amigos lo adoptan como un juguete y lo tratan como uno de los suyos porque, al fin y al cabo, hace que Bonnie sea feliz y eso es lo que importa. Se podría decir que Woody pasó su vida cuidando y estando allí para Andy y ahora, Forky, habiendo aprendido de su ejemplo, está cumpliendo el mismo papel para Bonnie. 

El hecho de que Forky sea tan inocente lo hace un juguete más vulnerable que el resto por lo que Woody hace todo lo que está en su mano para protegerlo y guiarlo, adoptando una figura casi paternal.

Si Woody es el padre sobreprotector, Bo Peep es el espíritu libre y salvaje. 

El regreso de este personaje es vital ya que le enseña a Woody todo un mundo por conocer donde no existe lo que antes se podría llamar "juguetes perdidos", sino más bien "juguetes libres". Toy Story 4 explora el hecho de desaprender lo que ya creemos que sabemos y asimilar la posibilidad de que hay otras formas de vivir fuera de nuestra rutina que ya conocemos. En esta última historia, Woody decide invertir un poco de ese amor que tiene en él mismo y en su propia felicidad, ahora que ha podido reencontrarse con la pastorcita de la que estaba enamorado. En Toy Story 2, Woody duda si volver con su dueño por un acto de inseguridad, pero en Toy Story 4, Woody ya es más maduro y toma su decisión como un acto de amor propio, siendo un poco egoísta y pensando en él mismo, sabiendo que todo va a estar bien. Es una misma persona que está viviendo una etapa diferente de su vida. 

"Ella estará bien. Bonnie estará bien. Escucha a tu voz interior" Buzz le ofrece a Woody un consejo verdaderamente heroico y desinteresado.

Woody ha pasado toda su vida cuidando niños y preocupándose también por ellos. Hizo un gran trabajo con Andy, y ahora, Bonnie está buscando en otro lugar el juguete que ella considera realmente especial. Ya no es el trabajo de Woody vivir su vida dependiendo de las necesidades de un niño. Es hora de que Woody viva la vida que quiere, porque Bonnie estará bien. 

"¿Quiere decir esto que Woody es un juguete perdido?" "No está perdido..., ya no"

Woody finalmente sabe exactamente quién es y qué quiere de su vida, lo que lo convierte en lo menos perdido que ha estado en bastante tiempo.

Toy Story es un maravilloso ejemplo de que madurar no se trata de olvidar a nuestro niño interior para ser adultos. Toy Story, mucho más que simples juguetes. 

Hay un amigo en mí hasta el infinito y más allá